Ahora que el petróleo
es nuestro
No quiero ver pordioseros
enfermos sin hospitales
y muchachos sin liceo.
No quiero ver pordioseros
enfermos sin hospitales
y muchachos sin liceo.
Alí Primera.
En este exilio, más o menos voluntario,
viendo un programa en la televisión los integrantes de Café Tacuba confesaron que
el primer nombre del grupo había sido Alicia ya no vive aquí.
Explicaban que el nombre lo habían tomado de una película de Scorsese, que nunca habían visto la
película; pero que el nombre era padrísimo.
Coincido con ellos.
Mi cultura cinematográfica nunca pasó de haber ido un par de veces a la
Cinemateca Nacional, cuando la dirigía Rodolfo Izaguirre. En cuanto a Scorsese
no paso de: La Última Tentación de Cristo. Fui uno, de los tres millones de
venezolanos, que hicimos cola frente a
la Margot Benacerraf para ver la película, guiados por el viejo axioma: "si
la prohibieron por algo será".
Por ejemplo si te reúnes con el Gerente General de alguna empresa o el Presidente de la Cámara de Comercio te
dice en tono interrogativo: ¿Tú eres venezolano?. Y al oír la afirmativa
respuesta, te dicen "pero chico,-tratan
de imitar el tonito de novela venezolana; pero no les sale- qué le pasó a tu país porque Venezuela hace
20 años era el paraíso".
Creo que ese es el kit de la cuestión. Venezuela fue por mucho tiempo
el país de las maravillas, y todos éramos una especie de Alicias. Éramos una especie de paraíso terrenal: Tierra de
Gracia. Pero de la noche a la mañana resultó que no éramos propietarios
de ese paraíso terrenal, que lo teníamos arrendado y que el contrato había
llegado a término.
Yo soy de esa generación que creció aterrado con el día que se acabe el
petróleo, que en las clases de Formación Social, Moral y Cívica nuestras
maestras siempre nos preguntaban qué significaba la frase "hay que sembrar el
petróleo". Soy de esa generación que nos hicieron marchar en los
próceres cuando a CAP se le ocurrió nacionalizar el petróleo. Recuerdo esa
frase "ahora que el petróleo es nuestro"; nos
creímos el cuento de que nacionalizando el petróleo le daríamos alcance a la
fase superior del subdesarrollo, habíamos pasado a ser un país en vías de
desarrollo.
Pero, a la vuelta de unos años, nos dimos cuenta que no hacía falta que
se acabara el petróleo para que todo
nuestro "modelo de desarrollo" se fuera al traste. Ahora se trata de
desnacionalizar todo lo nacionalizado, de privatizar todo lo estatizado de
echar atrás y comenzar de nuevo.
Sin entrar en detalles, me confieso defensor de la empresa privada como
garante del desarrollo económico y la sociedad de libre elección, me defino
como liberal, soy de derecha y eso no me avergüenza. Hace un tiempo estuve en
Caracas, era marzo de 96, eran los primeros días de la Agenda Venezuela. Creo que las cosas que se comenzaban a hacer eran
las necesarias. Pero me preguntaba que hacía Teodoro Petkoff de Ministro de Cordiplan
mientras hablaba de los nuevos planes económicos. Recuerdo que en un lapsus mentis se comprometió ante
Fedecámaras a privatizar PDVSA, lo que arrancó aplausos frenéticos de la
audiencia, aunque inmediatamente corrigió el error, se trataba de otra cosa que
iban a privatizar.
Pero entiendo que es un tema delicado privatizar PDVSA, es como que nos
digan que todo aquello era mentira. Es como que nos digan que nuestras maestras
de cívica eran unas farsantes, que no tuvimos que desfilar por Los
Próceres, que el petróleo nunca debió ser nuestro, es como que nos
digan, simplemente: Alicia ya no vive
aquí…
Año, 1996.
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