Crónicas de un exilio voluntario

Crónicas de un exilio voluntario
Aquiles Nazoa

jueves, 19 de noviembre de 2015

La máquina de inventar recuerdos


La máquina de inventar recuerdos.


Préstame tu máquina, para yo coser
Yo no tengo máquina, se me echó a perder.
Merengue Venezolano.

Gracias a una Alicia que me envió mi buen amigo José Luis Cunha, quien se ha incorporado a esta forma de narrar las cosas -a| ratos- con más entusiasmo que el mío, descubrí que nunca le habíamos hecho un merecido homenaje a la máquina de escribir, esa que nos acompañó desde el bachillerato hasta la universidad, donde groseramente nos deshicimos de ellas rendidos ante el encanto de las PC y los procesadores de palabras.

La Alicia de José inicia de una manera extraña, ya que nos cuenta que ha regresado a las Alicias, pero también (contrariamente a lo que está sucediendo) nos cuenta que ha regresado al país, es decir mi buen amigo vive en una especie de exilio pa’dentro. Imagino que se le mezclan los recuerdos y las añoranzas. Si me tocara regresar a vivir ahora a Venezuela no imagino cómo podrían ser mis Alicias si a más de contarme a Venezuela, tuviera que contarme también el Ecuador.

Con José Luis nos conocimos hace un mojonal de años, porque gracias a la providencia alguna Alicia mía llegó a su correo electrónico, y desde ese momento nos hicimos panas. Pero fue muchos años después cuando nos vimos frente a frente en el aeropuerto de Lima y por fin nos pudimos dar un estrechón de manos y el abrazo respectivo, pero gracias a las Alicias ya éramos amigos.

Él regresó al país y yo regreso a las Alicias luego de unos años de distancia, no las volví a escribir en parte porque me era muy difícil y en parte porque el poco tiempo libre se lo he dedicado a la crianza de mi pequeña Caraotica. Ahora ella –entrando a la adolescencia-  empieza a reclamar otras cosas, menos cuidados y más atención.

Ayer, sin ir muy lejos me pidió leer una de esas Alicias de las que tanto hablo, pero que ella no había leído y le dije que al llegar a casa buscara en su gmail, porque le había enviado una, como botón para muestra. Espero que las Alicia me ayuden a generar con mi hija, como lo hizo con José Luis, otra forma de comunicarnos ya que un café en Sweet&Coffe a veces no basta.

Ojalá que las Alicias a las que vuelvo nos permitan a José, a Mariagracia y todos los que se incorporen a esta manera de contarnos las cosas un espacio para: Reconstruir la memoria del país que teníamos.

Año, 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario